Page 249 - El Jardin De Las Delicias - Ian Watson
P. 249
seguro de que podrías analizarme como a un pa‐
ciente tumbado en el diván, ¿verdad?
—No me he creído nada de lo que dijiste acerca
de Muthoni y de Denise. Puede que, hasta cierto
punto, desconfiaran de mí, pero eso no es lo más
importante. Si es tan desagradable eso de leer las
mentes de los demás...
—¡Ah! ¡Qué pesadez! —gimió el Diablo—. Es
lo que me da la diarrea.
—Si es tan malo, entonces tú eres un verdadero
masoquista.... y yo lo mismo.
—¿Almas gemelas? ¡Ah, bufón mío! ¡Eres el
único capaz de gastarle una broma al Rey! ¿Y no
soy yo un Rey? ¿No soy una presencia religiosa?
—Tú eres una parte de un ser sobrehumano
que se dedica a terraformar mundos..., o que ha te‐
rraformado éste, al menos..., y que además puede
reciclar las almas, y que se llama a sí mismo el
Dios.
—Por tanto, soy en efecto una presencia reli‐
giosa. Humíllate ante mí, bufón.
—Dije «que se llama a sí mismo» el Dios.
—¿Y no es mucho mejor tener a un Dios a
quien se puede hablar y conocer por experiencia,
que una abstracción hueca y vacía..., que ni siquie‐
ra es un Dios, sino sólo un nombre sin sentido?
¿Entonces, quién podría ser Dios para el Dios mis‐
249

