Page 245 - El Jardin De Las Delicias - Ian Watson
P. 245
diera un poco? Haceos cargo de mi lamentable si‐
tuación, peticionarios, Al fin y al cabo, soy un dia‐
blo bastante humano. ¿Queréis llamarme el Padre
de la Mentira? Pero, ¿qué es una mentira? Una no
verdad. Una antiverdad. De manera que la anti‐
verdad y el anticonocimiento han sido puestos en
mis manos, con el fin de que El que Soy Yo, pueda
conocerme a Mí mismo. ¡Si no tuviera que estar
siempre digiriendo a esa condenada gente! ¡Cómo
echo en falta la vieja sencillez, cuando no había ni
bueno ni malo, ni palabra ni silencio, ni derecha ni
izquierda, ni más ni menos, ni conciencia ni in‐
consciencia..., ni todo ese maldito jaleo!
Sean replicó:
—Pero todo este mundo, ¿no le ha sido im‐
puesto al Dios por Heinrich Strauss? Aunque, por
otra parte, ¿cómo se le puede imponer algo a un
Dios...? Entiendo que tú eres parte de Dios, dicho
sea de paso. Una parte alienada de Él, por Él mis‐
mo... ¿una especie de antítesis? Así que, en cierto
sentido, ¿en estos momentos estoy hablando con el
mismo Dios?
—¡Ah! ¡Nos ha tocado digerir un filósofo! ¿Y
quién eres tú?
—¿Acaso no lo sabes ya? Por lo que parece,
hasta aquí Dios nos ha puesto puente de plata, o
quizás haya sido Knossos.
245

