Page 246 - El Jardin De Las Delicias - Ian Watson
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—¡Psé! ¿Es que estoy obligado a saberlo todo?

               ¡Loco!  ¿No  sabes  que  yo  soy  el  Padre  de  la  Igno‐

               rancia  y  el  Hijo  del  Caos?  ¿Y  qué  es  el  caos,  sino


               una información tan confusa que no se puede ave‐

               riguar su contenido ni su estructura? Sigamos dis‐

               cutiendo. Pero antes, un bocado para abrir el apeti‐


               to.

                      Con fingida indiferencia, pero rápido como el

               rayo, el Diablo agarró a Denise y se la metió en el


               pico. Ella pataleó, lanzó un grito ahogado y desa‐

               pareció en el gaznate.


                      Muthoni y Sean se quedaron atónitos, chocaron

               el uno con el otro y luego retrocedieron a toda pri‐

               sa, al ver que el Diablo volvía hacia ellos su garra


               recubierta  de  púas.  ¿Acaso  estaba  tan  impaciente

               por apoderarse de ellos también?


                      Pocos  instantes  después,  Denise  salió  por  el

               ano del Diablo y pasó el globo o prolapso lleno de

               gas. Agitaba los brazos con violencia y luego cayó


               al  fondo  de  la  burbuja,  hacia  el  agujero  negro.  El

               Diablo hizo, con la lengua y el pico, ruidos demos‐

               trativos de haber saboreado un buen bocado.


                      —Yum.  Un  aroma  desconocido  para  mi  pala‐

               dar. Esto me intriga. Y ahora, no seáis tímidos, es‐

               timados.  La  única  manera  de  salir  del  Infierno  es


               pasar por este cuerpo mío. Y sólo hay una manera

               de  entrar  en  esa  vieja  anatomía,  ¡o  al  menos,  por

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