Page 50 - El Jardin De Las Delicias - Ian Watson
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cuerpo como infantil con largas alas azules. En se‐
guida observó otro de aquellos pájaros‐duendes, y
luego un pez volador de una especie extraordina‐
ria, que semejaba un largo torpedo verde lagarto,
con alas que parecían flotar en el aire como si éste
fuese agua. Se hubiera dicho que era como un tibu‐
rón fuera de su elemento, al que hubiesen añadido
unas largas y anchas aletas de ballena, totalmente
fuera de lugar. Mientras navegaba majestuosamen‐
te por el aire, uno de los pájaros‐duendes hizo una
pirueta a su alrededor.
Sean señaló con el dedo.
—Y ésos, ¿qué son? ¿Querubines?
—Trasgos—replicó Jerónimo—. Fases meta‐
mórficas, etapas de la evolución.
—¿Etapas del hombre, o de qué?
—Eso depende. A mí no me pregunte. Y ése es
un pez celeste, ¡mire!
El tiburón volador, arrastrado por alguna invi‐
sible corriente de aire, perezosamente, se dejó caer
en tierra, y el duende se posó en sus alargados lo‐
mos. Manteniendo aliadas sus propias alas, el
duende se mantenía de puntillas, en equilibrio co‐
mo un patinador acuático, y en seguida el aire se lo
llevó.
—Esa entidad superior ¿tiene algún nombre
ahora? —preguntó Austin.
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