Page 53 - El Jardin De Las Delicias - Ian Watson
P. 53

Jerónimo se acercó a la urraca. El ave saltaba,

               ya sobre una pata, ya sobre la otra, y volvía la ca‐

               beza  de  un  lado  a  otro  para  mirarle  alternativa‐


               mente con el ojo derecho y el izquierdo. Tal vez el

               izquierdo no veía las cosas del mismo modo que el

               derecho.


                      —¿Está cerca de aquí Knossos? ¿Está o no está?

                      —Craac.

                      —¿Deberían tratar de hallarle estas personas?


                      —Craac craac.

                      —¿Las encontrará él?


                      —Craac craac.

                      —¿Qué quiere Dios que hagan?

                      De pronto, la urraca se lanzó sobre Sean. Éste


               se encogió un instante pero luego se mantuvo fir‐

               me,  aunque  con  los  ojos  cerrados.  Las  garras  del


               pájaro se aferraron a su hombro, y le metió el pico

               suavemente por la oreja, como si buscase garrapa‐

               tas. La garganta del pájaro vibró y el sonido rever‐


               beró en su oído. Su tímpano entró en resonancia y

               percibió palabras confusas, cuando antes sólo había

               escuchado un graznido de ave.


                      («¿Encontrar a Dios? —graznaba la voz—. ¿Eso

               queréis?  ¡Hay  que  ver  cómo!  ¿Quedaros  aquí?

               Agradable ¿Sí? ¿No?»)


                      La urraca retiró el pico y echó a volar, tomando

               tal impulso en el hombro de Sean que le hizo tam‐

                                                            53
   48   49   50   51   52   53   54   55   56   57   58