Page 55 - El Jardin De Las Delicias - Ian Watson
P. 55

desierto abrasador, lleno de gas tóxico. No se pue‐

               de bajar ni pasar.

                      —¿Podríamos viajar por el aire?


                      —¡Ah, no! Él no dejará que vuelen astronaves

               por aquí. No sería compatible. Creí que os habíais

               dado cuenta de que estáis desconectados. Sólo hay


               una manera de llegar al Edén, amigos terrícolas, y

               se llama morirse. Pasando por el Infierno. Todavía

               no sois dueños del arte de morirse.


                      —A  lo  mejor  ese  hombre...,  Knossos,  conoce

               otro camino —dijo Austin.


                      —No me sigáis a mí. Ése es el camino. Y, por

               cierto, ¿qué importancia puede tener para Dios co‐

               noceros?


                      —¡Infiernos! —barbotó Austin. Era difícil saber

               ni  blasfemaba  o  aludía  al  hemisferio  oculto  del


               planeta‐. ¡Haber viajado tantos años‐luz! ¡Si hubié‐

               ramos  encontrado  aquí  a  un  ser  superinteligente,

               vive Dios!


                      Pero  todos  los  juramentos  sonaban  ambiguos

               en aquellas circunstancias.

                      Sean se divirtió al observar en el rostro de Aus‐


               tin la perplejidad que le producía la devaluación de

               sus palabras, en un sentido, y el temible valor aña‐

               dido que recibían en otro.








                                                            55
   50   51   52   53   54   55   56   57   58   59   60