Page 91 - El Jardin De Las Delicias - Ian Watson
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de poseer personalidades propias de pájaros y de

               bestias!

                      —Tú también estás loco. Esa entidad sobrehu‐


               mana ha vuelto loco a todo el mundo.

                      La  cabalgata  estaba  llegando  al  frenesí.  Los

               animales galopaban en redondo espoleados por los


               talones de sus jinetes y por las palmadas en las an‐

               cas. Un macho cabrío chocó con un grifo, éste con

               un  caballo  y  éste  con  un  unicornio.  De  pronto,  la


               rueda  de  animales  frenó  en  seco,  cubierta  de  es‐

               puma. Los jinetes se apearon de sus lomos y echa‐


               ron a correr hacia el lago lleno de mujeres. Las gar‐

               zas  y  los  cuervos  elevaron  el  vuelo  para  evitar  el

               revoltijo de cuerpos que chapoteaban en las aguas.


               El lago hervía...

                      —No,  eso  no  es  locura  —dijo  Sean—.  Es  algo


               mucho  más  extraño.  Y  muy  coherente,  pero  hay

               que poseer la clave.

                      —Como tú la tienes, Athlon —sonrió Jerónimo.


                      Sean meneó la cabeza, como aturdido.

                      —He de pensar sobre esto. Necesito aclararlo.

               Vamos.  Dejemos  de  lado  este  valle  o  acabaremos


               sumergidos  en  las  aguas  encantadas.  Mesmeriza‐

               dos.

                      Pensó  que  muchas  personas  pasaban  toda  la


               vida mesmerizadas por la programación de los ins‐

               tintos.  Su  propia  vida  anterior,  antes  de  pasar  a

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