Page 92 - El Jardin De Las Delicias - Ian Watson
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«sumergirse» en el tanque de hibernación, le pare‐

               cía ahora una rutina automática, mesmerizada: su

               infancia  en  Irlanda,  sus  estudios  de  psicología  en


               Dublín y Chicago, su carrera en la EarthSpace... En

               aquel planeta, sencillamente, el mesmerismo se ha‐

               cía  explícito,  obvio  y  franco,  bajo  una  guía  supe‐


               rior.  ¿Con  qué  fin?  Con  el  de  que  cada  cual,  tras

               hundirse a fondo en el mesmerismo, pudiera des‐

               mesmerizarse  gradualmente...  Pero,  ¿era  impres‐


               cindible  dejarse  anegar  antes?  Él  se  negaba  a  su‐

               mergirse, al menos en aquel lago concreto y aquel


               momento concreto.

                      —Vámonos.

                      «Athlon»:  por  supuesto,  había  sabido  desde


               siempre, en algún lugar recóndito de su cerebro, el

               sentido  secreto  de  su  nombre  en  otro  idioma.  Al‐


               guna vez debió descubrirlo y debió hacerle gracia;

               luego, lo olvidó. ¿O tal vez no, en realidad? En cier‐

               to sentido, sus mismos estudios de psicología po‐


               dían interpretarse como una forma de «La Obra»:

               la  integración  psíquica...  Tal  vez  se  había  progra‐

               mado  a  sí  mismo  al  emprenderlos,  porque...  ¡No!


               Aunque, por otra parte, debió de intuir aquella re‐

               lación aunque sólo fuese subliminalmente...

                      Creía  sinceramente  que  Denise  permanecía


               ajena a cualquier sentido oculto de su apellido. «La

               Roca», para ella, no era más que una parte de la na‐

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