Page 90 - El Jardin De Las Delicias - Ian Watson
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nace como cuervo. ¿No vas a decirme que eres una
«falsa» negreza? Tendrías que volverte blanca an‐
tes de renacer otra vez como negra.
—Estás loco —dijo Muthoni—. Ve y jódete.
El hermafrodita sonrió.
—¡Ah! Eso pienso hacer. Créeme, algún día me
autofertilizaré y me daré a luz. Entonces habré
culminado mi obra y habré alcanzado la perfec‐
ción.
Él/ella hizo un círculo con el índice y el pulgar
y sopló a través del aro así formado, con mueca
maliciosa. Luego, el hermafrodita se alejó hacia la
espesura.
—¡Uf! —exclamó Muthoni, abanicándose con
la mano como para desviar el aire que él/ella había
soplado hacia ella, por si fuese un maleficio—. ¡Ese
individuo está hecho un demente!
—«Demente» no significa sino «el que está fue‐
ra de su mente» —comentó Jerónimo—. Eso es lo
que le pasa en realidad. Se halla en un estado men‐
tal fuera de sí. Y lo mismo en lo corporal, está en la
paradoja. Desde luego, la carrera que ha escogido
es de las más extremas. Me gustaría saber si las
personas se convierten de veras en pájaros, o si las
aves y las bestias no son más que «principios»,
esencias encarnadas a partir de nuestros bancos de
óvulos... Pero no, puesto que evolucionan... ¡Deben
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