Page 94 - El Jardin De Las Delicias - Ian Watson
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azuladas,  pero  el  remate  estaba  formado  por  un

               granito rosa. También salía de la mesa aquella hoja

               arqueada de agave (¿una hoja de piedra?), que me‐


               diría un centenar de metros desde la axila hasta el

               extremo.  Hacia  la  mitad  de  su  elevación,  la  hoja

               atravesaba  un  enorme  erizo  o  cáscara  de  castaña.


               Otro  accidente  de  la  mesa  era  un  delicado  sauce

               llorón  arraigado  en  un  poyo  de  roca  rosada  en

               forma  de  tienda  de  campaña.  De  tal  manera,  la


               piedra se convertía en vegetación, y la vegetación

               se convertía en piedra, mientras el mármol se mu‐


               daba en granito: era un sinfín de transmutaciones

               puestas en obra...

                      En  conjunto,  la  estructura  se  alzaba  como  un


               gigantesco elefante rosa petrificado que llevase en

               sus  lomos  una  barquilla  fosilizada  y  se  abanicase


               con un árbol de tamaño natural.

                      Una  figura  diminuta  trepaba  por  la  hoja  de

               agave, usando el borde aserrado a modo de escale‐


               ra. El personaje iba desnudo, y no vestido, de ma‐

               nera que no podía ser el misterioso Knossos, a me‐

               nos que hubiese optado por desnudarse para la ac‐


               ción.

                      —La verdad es que así, de buenas a primeras,

               ¿cómo  explicar  eso  a  un  puñado  de  tecno‐


               científicos  de  la  Tierra?  ¿Imposible,  no?  —dijo  Je‐

               rónimo, puesto a la defensiva—. Pero tú, Athlon, lo

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