Page 284 - Sumerki - Dmitry Glukhovsky
P. 284
D Dm mi it tr ry y G Gl lu uk kh ho ov vs sk ky y S Su um me er rk ki i ( (C Cr re ep pú ús sc cu ul lo o) )
horribles tormentos en sus dos palitos de madera, sólo
se transforma en objeto mágico cuando se impregna de
las emanaciones de alegría, esperanza, dolor y
desesperación de los hombres, cuando se le dirigen
palabras de plegaria y gratitud.
Un arma como ésa habría sido casi como una
invitación al enemigo. De la misma manera, me decidí a
no cubrirme de atributos religiosos. Ocurre con la fe lo
mismo que con el amor: o existe, o no. ¿Fantasmas? De
acuerdo. ¿Libros mágicos? En todo momento. Pero la
Biblia y los Evangelios me lo ponían más complicado:
me costaba horrores creerme esa historia. Aunque
varias veces lo hubiese intentado —y lo había intentado
en serio— no lograba convencerme. Y punto.
Varios sacerdotes se habían apercibido de mi
mirada escéptica y, al mismo tiempo que una sonrisa de
condescendencia afloraba entre sus pobladas barbas,
habían tratado de convertirme cual misioneros. Cuando
tenía tiempo y me venía bien, los escuchaba, e incluso
les respondía, pero, al final de la conversación, ninguno
de los dos había cambiado de parecer. El pope
respondía siempre a mi cara avinagrada con una
sonrisa plácida y me decía que aún no estaba preparado
para saber y comprender.
Quizá fuera verdad. Pero cada vez que veía a las
Página 284

