Page 91 - Sumerki - Dmitry Glukhovsky
P. 91
D Dm mi it tr ry y G Gl lu uk kh ho ov vs sk ky y S Su um me er rk ki i ( (C Cr re ep pú ús sc cu ul lo o) )
estómago, de tal manera que pude reanudar al instante
la lectura.
Que entonces llegamos a unas tierras malas y
corrompidas, donde el suelo era inseguro y traicionero, y el
aire apestoso y viciado. Que avanzamos con suma lentitud y
nuestros guías se tomaron mucho tiempo para elegir el
camino antes de mostrárselo a los demás. Que los hice
acompañar a ambos por un ballestero, pues temía que uno de
los dos, o ambos a la vez, nos traicionasen, o trataran de huir.
Que en seguida llegamos a tierras pantanosas donde
moraban criaturas desconocidas y dañosas, y unos vapores
putrefactos que nos infundían torpor y debilitaban nuestros
miembros. Que ambos guías se enervaron y por motivos
ignotos tenían miedo, y que en ciertas ocasiones, incluso,
cuando en derredor todo parecía estar tranquilo, nos
ordenaban levantar el campamento y marcharnos a otro
lugar, sin darnos razón del porqué.
Que los salvajes indios que pocos días antes habían caído
sobre nosotros, por lo cual habíamos perdido a nueve de los
nuestros, no volvieron a dejarse ver. Que a Juan Nachi
Cocom, cuando se lo hice notar con satisfacción, se le
entristeció el rostro, me previno contra vanas alegrías y me
dijo que los Ab Canul eran célebres por su temeridad, y que
Página 91

