Page 102 - El Increible Hombre Menguante - Richard Matheson
P. 102

tapa de la caja encima de su cama y se desplomó


            sobre  la  blanda  esponja  con  un  débil  gemido.


            Seguía sintiéndose exhausto. La siesta en la caja de


            cartón apenas le había descansado.


                   Se acordó de algo y, tras buscar en torno suyo,


            cogió la madera y el carbón e hizo una marca. Era


            tan  grande que seguramente  tacharía  otra  marca,



            pero  eso  no  importaba.  La  cronología  perdía  su


            importancia día tras día. Estaban el miércoles y el


            jueves, y después el viernes y el sábado. Nada más.


            Se estremeció en la oscuridad. Como la muerte, su


            destino  era  imposible  de  concebir.  No…,  era


            incluso  peor  que  la  muerte.  La  muerte,  por  lo


            menos, era un concepto común; formaba parte de la


            vida,  a  pesar  de  ser  extrañamente  desconocida.


            Pero…  ¿quién  había  menguado  jamás,  hasta



            fundirse en la nada?


                   Se tendió de costado y apoyó la cabeza encima


            de  un  brazo.  ¡Si  por  lo  menos  pudiese  explicar  a


            alguien cómo se sentía! Si, por lo menos, pudiese


            estar con Lou; verla, tocarla. Sí, aunque ella no lo


            supiera…; sería al menos un consuelo. Pero estaba


            solo.



                   Volvió a pensar en los relatos del periódico, y en


            lo mucho que le había trastornado convertirse en un


            espectáculo,  hasta  el  punto  de  ocasionarle  un


            ataque  de  nervios  durante  el  cual  se  rebeló  con






                                                                                                          102
   97   98   99   100   101   102   103   104   105   106   107