Page 153 - El Increible Hombre Menguante - Richard Matheson
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Él meneó la cabeza.
—¿Scott?
—No —contestó. Sintió una aceleración de los
latidos en las muñecas.
Ella entró con el vaso.
—¿Es que no vas a quitarte las ropas? —le
preguntó.
—No lo sé —repuso él.
Ella se sentó en el sofá y se quitó los zapatos con
una sacudida.
—Otro día —dijo.
Él no contestó. Le dio la impresión de que
trataba de hacerle sentir como un niño que ha hecho
un drama de algo insignificante, mientras ella le
seguía pacientemente la corriente. Hubiera querido
replicarle con violencia, pero no lo hizo.
—¿Vas a quedarte así toda la noche? —preguntó
ella.
—¿Por qué no? —contestó.
Ella le miró un momento, con el rostro
inexpresivo. Él vio el reflejo de su cara en la
ventana. Entonces ella se encogió de hombros.
—Haz lo que quieras —dijo.
—Lo que yo haga no es asunto tuyo —repuso él.
—¿Qué? —sus labios se abrieron en una triste y
cansada sonrisa.
—Nada, nada —ahora sí que se sentía como un
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