Page 135 - La Penúltima Verdad - Philip K. Dick
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La penúltima verdad Philip K. Dick 135
Alemania; la auténtica guerra por tierra la hizo Rusia en
el frente oriental; el desembarco de Normandía ‐¿cómo lo
llamaron... el Segundo Frente?‐ no tuvo lugar sino después
de que Alemania fuese derrotada por Rusia; los Estados
Unidos e Inglaterra ansiaban lanzarse como buitres sobre
los despojos...
‐Despojos ‐añadió Colleen‐ que pertenecían por derecho
propio a la URSS ‐asintió con la cabeza‐. Pero... ¿dónde
cometió Fischer un error técnico en la versión B? La idea
es verosímil, lo mismo que la idea A; y las filmaciones del
Ejército Rojo en Stalingrado, que aparecen en la B, son
auténticas...
‐Sí, todo es real. Auténtico y debidamente convincente.
La guerra se ganó efectivamente en Stalingrado. Pero... ‐
apretó el puño, arrugando el cigarrillo; luego lo depositó
con cuidado en un cenicero vecino‐: No pienso pasar la B
‐dijo‐, aunque me lo indicó la mónada maestra. Eso quiere
decir que me equivoco; que he dejado de progresar, lo
cual significa que seré alcanzado, superado y éste será mi
fin. Lo supe anoche, antes de que tú te fueses. Lo supe de
nuevo hoy al escuchar el discurso de Dave Lantano y
comprender que era mucho mejor que cuanto yo era
capaz de hacer... o seré capaz de hacer jamás. Y él es un
chico de diecinueve años... de veinte a lo sumo.
‐David tiene veintitrés años ‐precisó Colleen.
Adams levantó la vista para mirarla y dijo:
‐Vaya, ¿conque le conocías?
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