Page 161 - La Penúltima Verdad - Philip K. Dick
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La penúltima verdad Philip K. Dick 161
talleres de la Agencia, donde serían impresos con la
tipografía de la antigua revista, combinándolos con otros
artículos científicos de treinta años atrás, éstos
probablemente auténticos, publicados en números de
Natural World anteriores a la guerra.
‐No se preocupe ‐le dijo el vetusto amasijo de grasa que
desbordaba de la silla de ruedas y que se llamaba Stanton
Brose‐. No tendremos que exhibir los números de Natural
World hasta que nuestros asesores jurídicos denuncien a
Runcible ante el Consejo de Reconstrucción, y para esto
se necesitará tiempo. Hágalos tan pronto pueda, pero
para enterrar los artefactos no necesitamos esperar a tener
sus artículos, Adams. ‐Y añadió innecesariamente‐:
Gracias a Dios.
‐Le voy a explicar cómo lo hemos planeado todo ‐dijo
Lindblom a Adams‐, Unos agentes de Foote al servicio de
Runcible advierten a éste, o le advertirán en breve, que se
está tramando algo. Poco más o menos, la verdad. Pero
los agentes de Foote no lo sabrán todo, a menos que uno
de los cuatro presentes en esta habitación sea un agente
de Webster Foote, lo cual me parece improbable. Al fin y
al cabo, sólo nosotros conocemos todos los detalles.
‐Hay otra persona ‐le corrigió Brose‐. La chica que hizo
los dibujos originales, y sobre todo los cráneos de los
extraterrestres, que son perfectamente verosímiles.
Hacían falta unos conocimientos antropológicos y
anatómicos fabulosos para diseñar estos especímenes;
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