Page 173 - La Penúltima Verdad - Philip K. Dick
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La penúltima verdad Philip K. Dick 173
había olvidado aquella parte verdaderamente esencial
del proyecto. Dirigiéndose a Joseph Adams, Lindblom
prosiguió‐: Ya conoces esas cámaras miniaturizadas.
Gottlieb Fischer siempre las empleaba en sus
Documentales; así es como obtuvo todas sus «tomas
borrosas» hechas por espías profesionales.
‐¡Ah, sí! ‐dijo Adams, sombrío‐. Las conozco, en efecto.
¿Cómo podía olvidar la existencia de aquella famosa
cámara disimulada en un botón? La que fue empleada
alrededor de 1943 según Fischer, pensó con acritud.
‐¿Están ustedes seguros ‐dijo‐ de no haber hecho
demasiado valiosos esos hallazgos? ¿No sería peligroso
excederse dándoles tanto valor científico que ni siquiera
Runcible... ?
‐Según los psiquiatras berlineses ‐le interrumpió Brose‐
, cuanto más elevado sea el valor científico, más temerá
perder sus tierras. Y en consecuencia, procurará ocultar
su hallazgo por todos los medios.
‐Se habrá tomado usted mucho trabajo para nada ‐
comentó Adams‐ en caso de que se hayan equivocado sus
psiquiatras berlineses.
Ojalá sea así, dijo para su interior. Ojalá Runcible opte
por actuar con corrección, proclamando inmediatamente
su hallazgo a los cuatro vientos, en vez de entregarse
atado de pies y manos a sus enemigos como consecuencia
de su propia debilidad, su temor y su codicia.
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