Page 212 - La Penúltima Verdad - Philip K. Dick
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La penúltima verdad Philip K. Dick 212
maquinaria que trabajan en ella. Y no limitarse a un
ingeniero... por importante que sea.
Aquello no tenía sentido.
‐¿No tiene usted ninguna intuición? ‐le preguntó
Cencio‐. ¿Ninguna precognición psiónica?
‐Sí, la tengo ‐repuso Webster Foote‐. En efecto, tenía un
extraño presentimiento que fue concretándose en su
mente hasta convertirse en una auténtica revelación
paranormal‐. Dos robots fueron desintegrados ‐dijo‐.
Luego, un miembro de la brigada de Runcible en Utah
resultó con la cabeza atravesada por un rayo láser, al
instante de iniciar los trabajos de terraplenado... Preveo...
Se interrumpió. Otra muerte, musitó entre dientes. Y no
tardará en producirse. Consultó su antiguo reloj de
bolsillo.
‐Recibió el rayo láser en el occipucio. Fue un asesinato.
La próxima víctima será un hombre de Yance.
‐¿Un hombre de Yance... asesinado? ‐dijo Cencio,
mirándole fijamente.
‐Y muy pronto ‐dijo Foote‐. Si no lo han matado ya.
‐Nos llamarán, entonces.
‐Naturalmente ‐repuso Foote‐. Y esta vez no será
Runcible quien llame sino Brose. Porque... ‐Y sus
facultades extrasensoriales le permitieron afirmarlo‐. Será
alguien a quien Brose necesitaba mucho; esto lo alterará
enormemente... nos llamará totalmente descompuesto.
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