Page 275 - La Penúltima Verdad - Philip K. Dick
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La penúltima verdad                           Philip K. Dick   275


              Incluso cuando vio al joven Lantano por la gran pantalla

           del videófono, experimentó de nuevo aquella sensación


           de una imagen familiar.

              Un  momento  después,  en  la  habitación  a  oscuras,

           observaba con atención un fotograma de Lantano como


           hombre  de  mediana  edad,  pero  visto  desde  arriba;  el

           ángulo volvía a ser pésimo, como siempre ocurría cuando

           la cámara fotográfica estaba sobre la vertical del sujeto,


           cosa inevitable tratándose de un satélite. Pero de todos

           modos  pudo  ver  lo  que  deseaba,  ya  que  de  pronto

           Lantano  y  el  fugitivo  del  tanque  se  detuvieron  un


           momento para mirar hacia arriba cuando el satélite pasó

           sobre ellos.


              ‐Ya sé a quién me recuerda ‐dijo Cencio de pronto‐. ¡A

           Talbot Yancy!

              ‐Con la sola diferencia de que el hombre que estamos


           viendo es moreno ‐observó Foote.

              ‐Pero si se aplicase aquella crema que salió durante la


           guerra para blanquear la piel...

              ‐No, Yancy es mucho más viejo. Cuando logremos una

           buena imagen de Lantano a los sesenta y cinco años, no a


           los cincuenta, entonces quizá tengamos algo que valga la

           pena.

              Y cuando yo haya conseguido entrar en su villa, pensó


           Foote  para  sus  adentros,  tendremos  la  instalación

           necesaria  para  obtener  esa  imagen.  Y  será  esta  misma

           noche, dentro de pocas horas.




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