Page 278 - La Penúltima Verdad - Philip K. Dick
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La penúltima verdad Philip K. Dick 278
Hacia 1982 el productor cinematográfico germano vio a
Talbot Yancy. Y sacó a su Führer, no de su propio genio
creador y artístico, sino de la simple observación. ¿Y a
quién veía con más frecuencia Gottlieb Fischer en 1982?
Pues a actores. A cientos de actores. Seleccionados para
representar papeles en sus dos grandes Documentales
trucados... actores seleccionados especialmente por su
parecido con grandes dirigentes políticos o por su
habilidad en representar a caudillos de multitudes. En
una palabra, actores que poseían carisma, magnetismo
personal.
Se volvió a Cencio para decirle lentamente y en tono
pensativo, mientras se tiraba del labio inferior:
‐Creo que si repasamos cuidadosamente las versiones A
y B, las dos grandes obras de ficción de Fischer, tarde o
temprano encontraremos un Talbot Yancy en una de las
escenas trucadas. Por supuesto, maquillado y
representando a otro personaje.
En el papel de Stalin, pensó, o de Roosevelt. Cualquiera
de ellos podía ser. Los Documentales no especificaban el
reparto de actores; no constaba en ellos quién representó
los papeles de determinados dirigentes mundiales;
necesitamos ese reparto, aunque no haya existido nunca.
Buen cuidado se tuvo en no hacerlo.
Cencio observó:
‐Como usted sabe, tenemos nuestras propias copias de
ambas versiones.
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