Page 319 - La Penúltima Verdad - Philip K. Dick
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La penúltima verdad Philip K. Dick 319
¿un hombre de seiscientos años es joven?) haya
triunfado».
«Después de lo cuál espero que Louis Runcible y yo
podamos llegar a un acuerdo, que se nos ocurra alguna
idea acerca del curso a seguir. Veremos cuál es nuestra
ʺnecesidadʺ».
Porqué de momento no lo sabía, por más que se
devanaba los sesos.
Entonces dijo en voz alta:
‐¿Está usted dispuesto a presentar su candidatura ante
el Consejo de Reconstrucción cuando Brose haya muerto,
como legitimación para gobernar el planeta? La
candidatura de Protector omnipotente por encima del
General Holt y del Mariscal Harenzany...
‐Pero ¿acaso no lo saben ya todos y cada uno de los
cientos de millones de seres humanos que viven en los
tanques? ¿No hace años que está plenamente establecida
la autoridad suprema del Protector?
‐¿Y qué pasaría con los robots? ‐preguntó Foote‐. ¿Le
prestarán obediencia? ¿No preferirán obedecer a Holt o a
Harenzany, si las cosas llegan a ese punto?
‐Olvida que tengo acceso al simulacro, al muñeco
sentado detrás de su escritorio. Yo soy su programador...
preparo sus discursos con la ayuda del Megavac 6‐V. En
consecuencia, hasta cierto punto ya he iniciado la
transición; me limitaré a fundirme con él, no aboliéndolo
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