Page 357 - La Penúltima Verdad - Philip K. Dick
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La penúltima verdad                           Philip K. Dick   357


           por  su  rostro  mientras  su  mente  sopesaba  todas  las

           posibilidades. El escritor que había en él, el hombre de


           Yance,  el  intelectual  que  era,  surgió  de  nuevo  a  la

           superficie en aquellas condiciones de excitación, tensión

           y miedo.


              ‐¿Qué  demonios ‐exclamó‐  podrán  decir  «ellos»,

           quienesquiera que sean? ¿Qué historia aceptable podrán

           inventar? Santo cielo, a mí no se me ocurre ninguna de


           momento, tal como están las cosas. Sin embargo, Lantano

           tal  vez  pueda.  Usted  no  sabe,  amigo  Nick,  hasta  qué

           punto es inteligente ese hombre. Sí, acaso él se saque una


           explicación convincente de la manga.

              ‐¿Quiere  decir  eso ‐le  preguntó  Nicholas‐,  que  la


           principal mentira aún tiene que venir?

              Tras  una  larga  pausa,  durante  la  cual  se  le  vio

           claramente  debatirse  en  su  lucha  interior,  Adams


           contestó:

              ‐Sí.


              ‐¿Y por qué no se limitan a decir la verdad?

              ‐¿La verdad? Oiga, Nick: sea cual fuere la combinación

           a que han llegado, las turbias negociaciones y los pactos


           inconfesables  que  se  hayan  producido  por  parte  del

           grupo o la persona que de momento tiene los triunfos en

           la  mano,  después  de  este  día  interminable...  e


           independientemente  de  lo  que  haya  ocurrido,  ahora

           tienen  una  misión  que  cumplir,  Nick:  explicar  la

           existencia de todo un planeta convertido en un parque




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