Page 354 - La Penúltima Verdad - Philip K. Dick
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La penúltima verdad Philip K. Dick 354
veía. ¿Era el simulacro que siempre les había dirigido la
palabra desde la pantalla de la televisión, o era...?
La cámara se retiró y mostró toda la mesa de roble y la
bandera, como siempre.
Nicholas susurró al oído de Joseph Adams:
‐Brose los ha derrotado. No han conseguido matarlo.
Los miembros, le pesaban como si fuesen de plomo. Se
sentía abatido, hundido. Todo había terminado.
Sí, aquello debía ser. Aunque... quizá fuese mejor así.
¿Quién podría decirlo? ¿Quién lo sabría jamás? Y, sin
embargo, la tarea verdaderamente importante aún no
había empezado para él ni para los habitantes de los
tanques. Nada menos que una guerra total, absoluta, sin
cuartel, cuando tratasen de salir a la superficie y
establecer unas cabezas de puente en ella.
En la pantalla, Talbot Yancy añadió con voz temblorosa,
vencida por la emoción.
‐Hoy puedo informaros a todos cuantos vivís bajo
tierra, donde por tantos años habéis trabajado y sufrido...
Adams rezongó:
‐¡Al grano!
‐...sin quejaros, soportando las mayores penalidades,
sin desmayar nunca en vuestra fe... ahora puedo deciros
que esa fe puesta a prueba en tantas ocasiones ha
resultado justificada. La guerra, amigos míos, ha
terminado.
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