Page 217 - El largo viaje a un pequeño planeta iracundo - Becky Chambers
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Incluso al otro lado de la calle, el rostro de la anciana


          era fácil de interpretar. Estaba en éxtasis.



          Rosemary estaba perpleja. Sabía que los aandrisk eran

          desinhibidos  (para  los  estándares  humanos,  se


          recordó), pero aquello sobrepasaba sus expectativas.



          —Eh —murmuró—. Pues…



          —No tengo ni idea —añadió Kizzy—. Aandrisk. No

          tengo  ni  puta  idea.  —Se  quedó  en  silencio  unos


          segundos—. ¿Crees que lo van a hacer? —susurró al


          inclinarse hacia delante con curiosidad infantil—. Me


          la juego a que sí. No me jodas, ¿es legal hacerlo aquí?

          Vaya, espero que no lo hagan.



          Pero  las  aandrisk  no  copularon.  Sin  embargo,


          siguieron con su intimidad espontánea durante una


          buena  media  hora;  se  acariciaban  las  plumas  y  se

          rozaban  las  mejillas,  ajenas  a  las  miradas  de  los


          transeúntes. En un momento dado, otros dos aandrisk


          pasaron  por  delante  y  les  dirigieron  una  mirada

          casual,  como  si  no  ocurriera  nada.  Rosemary  no


          estaba segura de si debía apartar la mirada o no. A


          Sissix, desde luego, no le importaba quién mirara. La


          peculiaridad  del  acto  empezó  a  derretirse  según

          Rosemary observaba. Era raro, sí, e inesperado, pero


          no era incómodo. Había una cierta belleza extraña en


          ello,  algo  en  el  modo  en  que  movían  las  manos,  la

          tranquilidad con la que se tocaban la una a la otra.


          Desconcertada con aquel pensamiento, Rosemary se


          descubrió algo celosa; de la anciana o de Sissix, no







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