Page 454 - El largo viaje a un pequeño planeta iracundo - Becky Chambers
P. 454
Toda su atención estaba centrada en la hija ausente.
Frotaron los hocicos contra sus mejillas, tiraron de sus
plumas, se apretaron a ella todo lo que pudieron.
Rosemary se quedó de piedra. Aunque no había nada
abiertamente sexual en el modo en que se tocaban, le
era complicado ver de otro modo a una masa de gente
desnuda revolcándose. Parecían más juegos
preliminares de grupo que un reencuentro familiar.
Sissix, por otro lado, estaba más feliz de lo que
Rosemary la había visto jamás. Se deshacía en los
abrazos de su familia. Cerró los ojos y echó la cabeza
atrás cuando uno de los aandrisk le tocó las plumas.
Rosemary había visto esa mirada antes; no en Sissix,
sino en la anciana que se encontraron en Puerto
Coriol. Era una mirada de profunda gratitud, del tipo
que llega tras una larguísima espera, de ser capaz de
exhalar tras aguantar la respiración hasta que ardían
los pulmones.
Rosemary pensó en Sissix en la Peregrina, cómo
siempre parecía tan afectuosa, cómo de adorable y
dulce era. Pero ahora lo veía desde el otro lado. Lo
que para ella era afecto, para Sissix era reprimirse. La
pila risueña que se abrazaba en el suelo era el punto
de referencia. Rosemary se imaginó a sí misma y a sus
compañeros de tripulación desde aquel punto de
vista. Un puñado de autómatas tiesos y mojigatos.
¿Cómo podía aguantarlo a diario? Pensó de nuevo en
los momentos en que Sissix los había tocado, el cariño
genuino en su rostro cuando acariciaba con el hocico
453

