Page 489 - El largo viaje a un pequeño planeta iracundo - Becky Chambers
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pero lo único que se le ocurría era «centauro
bogavante». Exoesqueletos quitinosos azules, largos
abdómenes horizontales, torsos segmentados
cubiertos de extremidades articuladas, todo
culminado con una cara semejante a una máscara.
Tenían los caparazones cubiertos de símbolos y
piedras pulidas encastradas. Sabía que no debía
juzgar a una especie por su apariencia, pero entre su
aspecto nudoso y la llamada que había presenciado
antes, no los estaba apreciando demasiado.
El resto de la tripulación parecía igual de incómodo;
aquello la hizo sentir mejor. Todos sabían que los
quelin eran bastante xenófobos, y era raro verlos en
cualquier otro lugar que no fuera su propio espacio.
Su inclusión en la CG fue un acuerdo de conveniencia,
o eso había leído Rosemary. Los quelin tenían
enormes reservas de recursos naturales a su
disposición, y los que los llevaron a la CG fueron los
harmagianos, los cuales tenían dinero de sobra y tec
sofisticada para intercambiar. No es que los quelin y
los harmagianos se apreciaran mutuamente. Era
curioso cómo la posibilidad de obtener ganancias
siempre sobrepasaba a la antipatía.
Seis quelin entraron en el muelle de carga, liderados
por el que hizo la llamada sib, el inspector Bevel.
Repartió órdenes entre sus subordinados (o eso
supuso Rosemary, ya que no hablaba tellerain).
Cuatro de ellos abandonaron el muelle, con los
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