Page 12 - Limbo - Bernard Wolfe
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nuca. Era la señal que quedaba siempre cuando la
caja craneana de un trastornado era rebanada con
una sierra mandunga y luego vuelta a colocar
cuidadosamente en su lugar.
—Se está curando estupendamente —dijo Ubu,
señalando la cicatriz.
—Ha dejado de picarme —dijo el
muchacho—. ¿Ya no hay más trastornos
ahí? El muchacho pareció
desconcertado.
—No recuerdo nada de los trastornos de que
habla la gente —dijo—. El doctor Martine dice
que yo solía pelear mucho... y que había mucho
tono en mis músculos... no lo recuerdo. Lo que
más me gusta es sentarme y pintar pájaros y
árboles. Siento deseos de dormir todo el tiempo.
—Has mejorado mucho, Notoa. Me doy cuenta
ahora de que cuando dijiste «Paz» no era
simplemente una fórmula, sino que lo sentías. Los
informes que le he oído al doctor Martine son
muy buenos.
—La gente dice que yo acostumbraba a pelear
—dijo Notoa, bajando la vista al suelo—. Cuando
lo oigo me siento avergonzado. No sé lo que me
empujaba a golpear a mis familiares.
—Estabas trastornado.
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