Page 14 - Limbo - Bernard Wolfe
P. 14
gustaba instalar sus motores por todas partes: en
los botes de pesca, en los cinceles y hachas
utilizadas para vaciar los troncos y hacer con ellos
canoas, en las piedras para moler el maíz, incluso
en las sierras de cortar los cráneos. Tales
máquinas no eran necesarias, por su puesto, lo
único que hacían era apartar al hombre de su
trabajo natural y hacer que sus manos y su mente
se volvieran ociosas. Sólo había una cosa mala en
esta mecanización, trastornaba la rutina. Porque
había tantas máquinas para hacer el trabajo que
los jóvenes disponían de mucho tiempo para
hablar y estudiar con el doctor, y los viejos hábitos
del trabajo empezaban a flaquear. Los viejos
hábitos establecidos para una mayor estabilidad,
para dirigir siempre la mirada en una dirección
fija a lo largo de una línea recta...
Mientras pasaba junto a la hilera de cubículos,
Ubu escrutó a través del cristal de sentido único
que había en cada puerta al paciente del interior.
La mayoría de esos mandungas eran recién
operados, con turbantes de vendas rodeando aún
sus cabezas, pero a algunos de ellos se les habían
retirado ya esos vendajes y nuevos brotes de pelo
estaban creciendo sobre sus cicatrices. Ubu
estudió sus rostros mientras seguía adelante,
14

