Page 39 - Limbo - Bernard Wolfe
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unas manos desnudas tampoco sirve de nada. —



            Se envaró en su silla y agitó su dedo índice hacia


            el  jefe—.  Mira  —dijo—,  supongamos  que


            tomamos a todos esos monos remendados y los


            soltamos  en  la  jungla.  ¿Qué  ocurrirá?  Bien,  su


            raza no lobotomizada, que todavía posee intactos


            los  instintos  de  avidez  y  ataque  en  sus  zonas


            corticotalámicas, los hará pedazos en un minuto...



            Infiernos, no sé qué proponer, realmente...


                  Permanecieron sentados sin hablar, el anciano


            con  una  expresión  de  asombro  en  su  rostro,  el


            doctor masajeándose la barbilla y mirando a los


            volúmenes en sus estanterías.



                  Sonaron  carreras  en  el  corredor;  un  joven


            habitante  del  poblado  entró  bruscamente  en  la


            estancia,  jadeando  y  cubierto  de  sudor.  Sus


            manos  temblaban  cuando  las  adelantó  en  el


            saludo tradicional.



                  —Me  envían  los  ancianos  —dijo,  entre


            estremecidos jadeos—. ¡Los miembros‐raros, los


            miembros‐de‐cristal han desembarcado!



                  —No             son          de        cristal           —dijo             Martine


            irritadamente—. Os lo he dicho una y otra vez.


            Plástico, probablemente. Algún tipo de plástico.


                  Ubu se puso en pie, ajustándose la túnica a su



                  alrededor.

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