Page 290 - El Jugador - Iain M. Banks
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recepción tomaron asiento a lo largo de una mesa enorme

            repleta de comida y bebida. El servicio corrió a cargo de


            machos uniformados y Gurgeh se acordó de que no debía

            dirigirles  la  palabra.  Descubrió  que  la  mayoría  de

            personas  con  las  que  intentaba  conversar  hablaban


            demasiado deprisa o excesivamente despacio, pero aun

            así logró salir airoso de varias conversaciones. Una de las

            preguntas más habituales era la de por qué había venido


            solo, y después de varios malentendidos Gurgeh cesó en

            sus intentos de explicar que estaba acompañado por la

            unidad  y  se  limitó  a  decir  que  prefería  viajar  sin

            compañía.


                  Algunos  le  preguntaron  qué  tal  se  le  daba  el  Azad.

            Gurgeh replicó que no tenía ni idea, y no mentía: la nave

            nunca había hecho ningún comentario al respecto. Dijo

            que esperaba ser capaz de jugar lo bastante bien para que


            sus anfitriones no lamentaran haberle invitado a tomar

            parte  en  el  juego.  Su  respuesta  pareció  impresionar  a

            algunos comensales, pero Gurgeh pensó que se limitaban


            a reaccionar como adultos ante un niño respetuoso y bien

            educado.

                  Un ápice sentado a su derecha que vestía un uniforme


            muy apretado y de aspecto bastante incómodo parecido

            a los que llevaban los tres oficiales que habían subido a






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