Page 293 - El Jugador - Iain M. Banks
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para formar una especie de balcón. La ciudad iba
desfilando debajo de ellos.
‐‐Creía que no debíamos utilizar el marain delante de
ellos ‐‐dijo Gurgeh.
‐‐Oh, no corremos peligro. Ese tipo lleva encima un
sistema de grabación y vigilancia, pero el módulo puede
neutralizarlo.
Gurgeh señaló con el dedo el barrio de chabolas.
‐‐¿Qué es eso? ‐‐preguntó volviéndose hacia Pequil.
‐‐Es el sitio donde suelen acabar las personas que han
abandonado el campo atraídas por las luces de la ciudad.
Por desgracia, la mayoría son gente perezosa que no
quiere trabajar.
‐‐Expulsada de sus tierras por un sistema de
impuestos sobre la propiedad tan ingenioso como injusto,
por no mencionar la reorganización oportunista del
aparato productivo agrícola ‐‐añadió Flere‐Imsaho.
Gurgeh se preguntó si la última frase de la unidad
debía entenderse como «granjas», pero se volvió hacia
Pequil.
‐‐Comprendo ‐‐dijo.
‐‐¿Qué ha dicho su máquina? ‐‐preguntó Pequil.
‐‐Me ha citado unos..., unos versos ‐‐dijo Gurgeh‐‐. Un
poema que habla de una ciudad muy grande y hermosa.
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