Page 400 - El Jugador - Iain M. Banks
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de él.

                  Aterrizaron sobre un grupo de machos azadianos que


            lanzaron  gritos  de  protesta.  El  impacto  hizo  que  todos

            cayeran al suelo. Za tiró de Gurgeh hasta ponerle en pie,

            pero el puñetazo que se estrelló contra su nuca estuvo a


            punto de volver a derribarle. Giró sobre sí mismo y lanzó

            una patada mientras desviaba otro puñetazo con el brazo.

            Gurgeh  sintió  que  le  agarraban  y  le  hacían  girar,  y  se


            encontró  delante  de  un  macho  muy  corpulento  y

            enfadado con el rostro lleno de sangre que echó el brazo

            hacia  atrás  y  tensó  los  dedos  formando  un  puño  (y

            Gurgeh  se  acordó  del  juego  de  los  elementos  y  pensó:


            «¡Piedra!»).

                  El hombre parecía moverse muy despacio.

                  Gurgeh tuvo tiempo más que suficiente para pensar

            en lo que debía hacer.


                  Alzó la rodilla incrustándola en la ingle de su atacante

            y le golpeó la cara con el canto de una mano. El azadiano

            cayó al suelo y Gurgeh se libró de su ya debilitada presa,


            esquivó un golpe de otro macho y vio como Za derribaba

            a otro azadiano de un codazo en el rostro.

                  Y un instante después ya estaban corriendo de nuevo.


            Za  lanzó  un  rugido  y  movió  frenéticamente  las  manos

            mientras  se  dirigía  hacia  una  salida.  Gurgeh  tuvo  que






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