Page 395 - El Jugador - Iain M. Banks
P. 395

transmitida  por  los  nervios,  una  decisión  que  quizá  no  sea

            totalmente voluntaria tomada por un imbécil celoso que no es


            nadie y que no significa nada a cien milenios de mi hogar...)

                  El  ápice  retrocedió  sin  dejar  de  hacer  gestos

            implorantes  mientras  lanzaba  miradas  desesperadas  a


            At‐sen, Gurgeh e Inclate. De repente dio un paso hacia

            adelante y pateó a At‐sen en la espalda sin mucha fuerza.

            At‐sen  lanzó  un  grito  ahogado.  El  ápice  giró  sobre  sí


            mismo, echó a correr y arrojó el arma al suelo. Gurgeh

            saltó por encima de At‐sen, se lanzó en pos del ápice y le

            vio desaparecer por la escalera de caracol sumida en las

            tinieblas que había al final del pasillo. Dio un par de pasos


            hacia adelante con la idea de perseguirle, pero se detuvo.

            El eco de los pasos se fue desvaneciendo. Gurgeh volvió

            al pasillo bañado por aquella luz color jade.

                  Había una puerta abierta, y una suave claridad color


            citrino brotaba del umbral.

                  Un tramo de pasillo, un cuarto de baño y después la

            habitación.  Era  muy  pequeña  y  todas  las  superficies


            estaban  cubierta  de  espejos.  Hasta  el  suelo  parecía

            ondular con reflejos temblorosos que tenían el color de la

            miel. Gurgeh entró en la habitación y se convirtió en el


            centro de un ejército de Gurgehs reflejados.

                  At‐sen estaba sentada en una cama traslúcida. La tela






                                                                                                         394
   390   391   392   393   394   395   396   397   398   399   400