Page 398 - El Jugador - Iain M. Banks
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guardar eso en la funda. ¡Tenemos que correr!

                  Corrieron por el pasillo de la luz jade hasta llegar a la


            escalera de caracol por la que había huido el ápice que se

            llevó a At‐sen. Za se inclinó ágilmente sin dejar de correr

            y  recogió  el  arma  que  el  ápice  había  tirado  al  suelo.


            Gurgeh  ya  ni  se  acordaba  de  ella.  El  arma  fue

            inspeccionada, puesta a prueba y rechazada en un par de

            segundos. Llegaron a la escalera de caracol y subieron los


            peldaños de tres en tres.

                  Otro pasillo, éste iluminado por un débil resplandor

            rojo oscuro. La música retumbaba sobre sus cabezas. Dos

            ápices muy corpulentos vinieron corriendo hacia ellos y


            Za frenó en seco.

                  ‐‐Oops ‐‐dijo, y giró sobre sí mismo.

                  Empujó  a  Gurgeh  hacia  las  escaleras  y  siguieron

            subiendo por ellas hasta llegar a un espacio oscuro que


            parecía vibrar con los ecos palpitantes de aquella música.

            Había  luz  a  un  lado.  Los  pasos  de  sus  perseguidores

            retumbaban en la escalera. Za se dio la vuelta y su pie


            derecho salió disparado hacia la escalera produciendo un

            grito y el estruendo de algo que caía.

                  Un  delgado  haz  de  luz  azul  llenó  de  motas  la


            oscuridad. El haz surgió de la escalera y creó una fuente

            de  llamas  amarillas  y  chispazos  anaranjados  en  algún






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