Page 396 - El Jugador - Iain M. Banks
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gris de su video‐traje tenía un par de desgarrones. Inclate
se había arrodillado junto a ella y le hablaba en voz baja
con un brazo sobre sus hombros. At‐sen tenía la cabeza
gacha. Sus imágenes se multiplicaban sobre los muros
relucientes de la habitación. Gurgeh vaciló y volvió la
vista hacia la puerta. At‐sen alzó la cabeza y le miró. Tenía
los ojos llenos de lágrimas.
‐‐¡Oh, Jernou!
Extendió una mano temblorosa hacia él. Gurgeh se
acuclilló junto a la cama y le pasó el brazo alrededor de la
cintura. At‐sen temblaba incontrolablemente, y las dos
mujeres estuvieron llorando un buen rato.
Empezó a acariciarle la espalda.
At‐sen apoyó la cabeza en su hombro y Gurgeh sintió
el extraño calor de sus labios en el cuello. Inclate se puso
en pie, fue hacia la puerta y la cerró. Después volvió a la
cama y el vestido que parecía una película de aceite cayó
sobre el suelo de espejo creando un charco de
ondulaciones luminosas.
Shohobohaum Za apareció un minuto después. Abrió
la puerta de una patada, llegó al centro de la habitación
cubierta de espejos en un par de zancadas (y una multitud
infinita de Zas repitieron una y otra vez su avance por
aquel espacio engañoso) y miró a su alrededor ignorando
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