Page 278 - La Nave - Tomas Salvador
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Por fin accedió Ylis a penetrar en la cámara.
Siguiendo sus indicaciones, paseó el falux pegado a
la pared, sin descubrir nada. Apeló entonces a
rastrear con un muñón.
Y por segunda vez, la luz de los antepasados
volvió a la estancia, quizá después de centenares de
años. No la dejaría escapar ya, Ylis había vuelto a
salir corriendo, pero ya no le importaba. La luz
actínica era tan potente que descubría hasta las
huellas de los arañazos. Examinó dedo a dedo la
pared que había tocado. Y descubrió a la altura de
su cabeza una pequeña prominencia, de un color
ligeramente más fuerte. Oprimió.
Satisfecho, consciente de haber hecho el
descubrimiento más importante de su generación
en la Nave —se acordó del arma de Kalr— salió al
corredor. Ylis y los suyos, temerosos, le esperaban
un poco más allá. Los saludó alegremente.
—Bien, hijos de la familia Ylus... Kalr diría que no
podríais ser guerreros y le daría la razón. Ya estoy
aquí, y no me ha sucedido nada. Ahora, una
advertencia. No digáis a nadie lo que hemos hecho.
No importa que lo comprendáis o no. Ha sido algo
importante, y el padre de la familia creará una fiesta
en su recuerdo. Pero hasta que yo hable, callad
vosotros. Volvamos a la casa de la familia. Sad nos
va sacar los ojos.
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