Page 282 - La Nave - Tomas Salvador
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Sad, y buscaré palabras para ti...
—¿Tardarás mucho, Shim?
—¿Cómo quieres que lo sepa?
En la cámara de Luxi le sorprendió el ver a muchas
mujeres trabajando. Hacía calor, olía intensamente
y conoció una sensación poco común en la Nave: el
sudor. Luxi había recibido la visita con evidente
orgullo.
—¿Qué quieres, Shim?
—Deseo ver cómo trabajas los falux.
—Has hecho bien en venir, porque en otra estancia
cualquiera no podríamos trabajar. Lo he probado y
solamente en ésta es posible hacerlo. No podemos
respirar, ¿sabes?
Recordó cuánto le había extrañado la existencia de
un aire no regulado por el «repositor». Era una
cuestión que todavía no estaba en condiciones de
desentrañar, pero que no podía ni debía olvidar.
Evidentemente, Luxi tenía razón; entre las mujeres,
los falux encendidos para alumbrar, los que se
probaban, existía siempre una atmósfera densa y
sofocante que, antes de conocer la cámara, hubiera
jurado que era imposible mantener en ningún lugar
de la Nave.
Las mujeres trabajaban entre risas, sin método;
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