Page 318 - La Nave - Tomas Salvador
P. 318

una ofrenda. ¿Quién eres tú, Shim? ¿Qué mensaje


            nos traes? Yo tampoco te comprendo; pero te digo


            lo  mismo  que  Ylus.  Me  has  dado  un  poder


            demasiado grande para mí; no podría resistirlo sin


            que estuvieras a mi lado. No te vayas nunca de mi



            lado, Shim; toma todo lo que me has dado y déjame


            estar contigo.


               Desde  un  lado  de  la  cámara,  Hipo  levantó  su



            cabeza y dejó por unos instantes el cuerpo inmóvil


            que atendía. Y gritó:



               —¿Qué  le  hacéis  a  Shim?  ¡Malhaya  si  le  hacéis


            daño!



               —¡Calla,  Hipo!  —contestó  Ylus—.  Le  estamos


            pidiendo  que  sea  el  padre  de  las  familias.  ¿Lo


            quieres tú también?



               —¿Que si lo quiero? ¡Oh, Ylus, mi corazón lo está


            pidiendo! Voy con vosotros...



               Asombrado, conmovido, apenas acertó a decir:



               —No, Hipo, no vengas; más te necesitan esos que


            están caídos.



               Hipo levantó su mano:



               —Otra vez me has enseñado, Shim. Estoy contigo.


               Ylus, patético, iluminado, continuó:



               —¿Qué dices tú, Brisco?



               El  aludido,  sin  hablar,  se  postró  en  el  suelo  e


            inclinó  su  cabeza  hasta  tocarle  los  pies.  Hubo  de


                                                                                                           318
   313   314   315   316   317   318   319   320   321   322   323