Page 320 - La Nave - Tomas Salvador
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—Eres un hombre fuerte... Y... —gritó—: ¿Dónde
está el bandido de Natto? ¡Natto, ven aquí, que yo
no tengo palabras!
Natto, oliendo a etilo, tambaleándose, obedeció la
llamada de su jefe.
—Ése soy yo.
—Dile a Shim que...
—... que te enseñe el camino de las cubiertas
superiores, ¿verdad? No, le diré que el pueblo wit
ha hablado por boca de los padres de las familias; y
le diré que hable él también para nosotros. Y que si
es capaz de repetir el cantar de las luces, yo cantaré
para él. ¿Puedes hacerlo?
—Sí, Natto; el cantar de la luz se repetirá mientras
haya hombres en la Nave.
—¡Hip! Eres un hombre fuerte y sabio, prudente y
justo. Kalr quiere estar a tu lado. Y Natto quiere
estar a tu lado. Lo que yo deba decirte, empezará
ahora y terminará el día de tu muerte. ¿He dicho
bien, padres de las familias?
Natto se retiró, y volvió Ylus.
—¿Qué dices, Shim? ¿Acaso somos poco para tí?
—¿Poco? Merecéis el dolor que me estáis
costando.
Ylus se volvió a los padres de las familias:
—Ha dicho: «Merecéis el dolor que me estáis
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