Page 357 - La Nave - Tomas Salvador
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Sin embargo, la Nave existe y nosotros vivimos:
no todo está perdido, empecemos de nuevo.
Dijo, y calló, señalando a lo lejos con su mano
quebrada, su mano torturada por el mismo que
honró.
—Vayamos. Conozcamos la Nave. ¿Queréis
acompañarme?
Dieron señal de alegría poniéndose en pie. Y dijo
Ylor:
—Iremos contigo. Encontraremos cosas, y tú,
Navarca,
las entenderás. Estamos deseando que nos cuentes
tu historia, Shim, y nos hables de Dios, los libros
y el tiempo de los antepasados. Vayamos en
seguida.
Sad la compañera espera retenerle con su queja:
—Espera todavía. Es demasiado pronto. Apenas
has tenido un instante de paz. Estás débil, amado.
—Es necesario que el destino se cumpla:
vayamos.
Es fuerte la embajada. Todos quieren marchar
y es preciso ordenar, tajar, cumplir. El Navarca
viaja para conocer su Estado, razón nunca sentida.
Los padres de las tribus formulan sus reparos.
Elio pide y Kalr ofrece, mientras Brisco prepara
provisiones y Luxi escoge sus cilindros. Al cabo,
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