Page 79 - La Nave - Tomas Salvador
P. 79

la comprenda: 19‐VIII‐2317.







                                                 G‐XXIII: 1010



               He  vuelto  con  una  renacida  esperanza.  Me  ha


            bastado una conversación con Saú, encargado del


            repositor, y una intensa reflexión. No estoy seguro



            de  que  mi  nuevo  razonamiento  me  acerque  a  la


            comprensión; pero lo cierto es que cuando me vencí


            ante la tremenda decepción que dejé anotado en la


            anterior  inscripción,  estaba  demasiado  dentro  de


            mis propias palabras. Y no son mis palabras las que


            tienen el secreto. Saú, al que encontré casualmente,


            es hombre de pocas palabras, realmente, todos los



            hombres  de  la  Nave  tienen  pocas  palabras,  con


            algunas excepciones; además de pocas, son breves,


            apenas gruñidos. La luz del conocimiento me vino


            instantáneamente. Saú, al nombrar lo que yo llamo


            «repositor  de  ozono»,  dice,  parcamente:  «po».  Lo


            hace  inconscientemente,  porque  al  apremiarle,


            aunque  con  alguna  dificultad,  ha  recordado  el


            nombre entero.



               Más  tarde,  ante  otros  hombres  de  la  Nave,  he


            comprobado  que  simplifican  las  palabras  hasta



            hacerlas monosilábicas. Las palabras largas nacen


            uniendo dos y hasta tres (nunca más) vocablos, o


            gruñidos,  hasta  expresar  un  concepto.  Incluso


            nuestros nombres están abreviados. El padre de Saú


                                                                                                            79
   74   75   76   77   78   79   80   81   82   83   84