Page 135 - Triton - Samuel R. Delany
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Debajo, una serie de flechas torpemente dibujadas
apuntaban hacia abajo.
(Con tiza blanca, alguien había garabateado,
cruzando un lado del eslogan: «eso es un poco difícil de
hacer si siguen cortando la gravedad», con varias flechas
negras apuntando hacia el último signo de exclamación
luminiscente.)
—Créame, en Pittsburgh, así es como lo hacen. —
(Hacía quince años, los agentes de policía de Tetis eran
casi todos mujeres, de ahí el apodo de «polizontas». Con
el cambio de estándares, y las migraciones de la última
década y media, en la actualidad casi un tercio de la
fuerza era masculino. Pero el nombre había persistido y,
como había explicado en una ocasión la Oficiala Jefa de
Policía Phyllis Freddy a un sonriente locutor en una
entrevista de un canal público, barriendo el último
asomo de humor de un chiste que nunca había ido más
allá de la mediocridad: «Mire, una polizonta es una
mujer, ¡no me importa que sea hombre o mujer!)—. De
veras, sé de lo que estoy hablando. Ahora, guárdese eso
o démelo, ¿quiere?
Bron miró de nuevo a Miriamne (que estaba
observando en silencio), luego tendió el trozo de papel.
Siguió a los otros al interior del saco.
—Gracias. —El agente vestido de negro empujó los
papeles más hacia el fondo del saco—. Quiero decir,
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