Page 287 - Triton - Samuel R. Delany
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pero era una misión política.)
—¿Habrá alguna visita turística en este viaje? —
preguntó alguien.
—Lo dudo. El gobierno no cree en las visitas turísticas
para los luneros.
—¡Ah! Pero, ¿qué gobierno?
Durante los días siguientes, aunque fueron a
suntuosos restaurantes, efectuaron largos recorridos en
dispositivos mecánicos a través de interminables y
oscuros túneles, incluso fueron a varios conciertos
sinfónicos, y pasaron una tarde en un museo en el que al
parecer eran los únicos visitantes (la colección era
particular; subieron en una escalera mecánica desde
algún profundo nivel; por la noche regresaron por
diferentes escaleras mecánicas a sus suntuosas
habitaciones separadas), Bron tuvo la sensación de que
en realidad no habían abandonado el complejo del
espacio‐puerto de la Tierra. No habían visto el cielo. Y,
aparte la asistencia a los conciertos (su grupo siempre
tenía un palco privado) u otras cenas (sus mesas estaban
siempre agrupadas aparte) no habían visto a otra gente...,
aunque, como el bajo pelirrojo se apresuró a explicar con
evidente deleite, si calculaban el tiempo que habían
pasado en los transportes mecánicos y consideraban su
velocidad media como de unos ciento cincuenta
kilómetros a la hora, podrían estar muy bien a dos mil
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