Page 291 - Triton - Samuel R. Delany
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Tierra, hubiera sentido nunca.

                Diez minutos más tarde era sacado de un tirón («¡Está


           bien! ¡No intento resistirme!») del vehículo y arrastrado

           más  allá  de  una  serie  de  imponentes  edificios  y

           finalmente introducido en uno que podía tener ochenta,


           o ciento ochenta, u ochocientos años de antigüedad (la

           estructura más antigua en Bellona tenía ciento diez años


           de antigüedad; en Tetis, no más de setenta y cinco). Esta

           vez ni siquiera observó si había cielo fuera o no.

                Un ascensor con una puerta de latón muy sucia les


           hizo subir tres pisos (lo cual parecía estúpido, ya que al

           menos  habían  subido  ocho  a  pie  en  el  hotel):  fue

           conducido  por  un  pasillo  y  empujado  (una  de  sus


           sandalias se deslizó de su pie, y cayó sobre una rodilla

           desnuda;  sólo  llevaba  unos  pantalones  cortos  y  una

           camiseta ligera) a una habitación con suelo de cemento y


           paredes de yeso con la pintura descascarillada. La puerta

           se  cerró  a  sus  espaldas;  mientras  se  ponía  en  pie,


           frotándose la rodilla (sí, la que se había distendido el año

           pasado), oyó fuertes clics y clangs mientras eran corridas

           barras  y  cerrojos  y  cerraduras.  La  ventana  estaba


           demasiado alta para mirar por ella, ni siquiera aunque

           saltaras (cosa que no hizo porque le dolía la rodilla). La


           puerta de metal era gris mate, rayada y desconchada... ¡al

           nivel de las patadas! La estancia tendría quizá tres metros

           por dos y medio.




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