Page 295 - Triton - Samuel R. Delany
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parecía la última y absurda gota de agua, el otro guardia
le dio un puñetazo en el costado: se derrumbó pared
abajo, jadeante, parpadeando.
El hombre abrió la puerta, se marchó; los guardias le
siguieron. El que le había golpeado hizo una pausa, con
una mano en el borde de la puerta, y frunció el ceño ante
lo que el tiempo y el miedo y el dolor en sus entrañas
había obligado a Bron a dejar en el suelo junto al drenaje
del rincón.
—Jesucristo... —Miró a Bron—. Vosotros los luneros
sois realmente animales, ¿eh? —Sacudió la cabeza y cerró
tras él de un portazo.
Cuarenta minutos más tarde, el mismo guardia
volvió, solo. Bron envaró los hombros y se aplastó contra
la pared.
El guardia se acercó, tomó a Bron por el brazo y lo
alzó de un tirón.
—Un amigo tuyo está abajo aguardándote. Todo ha
terminado, muchacho. —Bron era una cabeza más alto
que el guardia, que parecía, se dio cuenta de pronto,
como un Philip algo orientalizado y sin barba.
—¿Qué es lo que van a...? —empezó a decir Bron.
—Lamento que tengamos que zurrarte un poco cada
vez. Es simple rutina..., para estar seguros, ¿sabes? Pero,
si estuvieras conectado de algún modo con lo que
pensamos que podías estar metido... —Agitó la cabeza,
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