Page 297 - Triton - Samuel R. Delany
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Condujo a Bron a través de otra puerta, a una amplia e
indefinible oficina con varios escritorios, varias sillas y
algunas docenas de hombres y mujeres sentados, de pie,
yendo de un lado para otro, algunos de rojo y negro,
algunos otros no.
Sam sentado en una de las sillas, se puso en pie. Su
rostro parecía estar apenas recuperándose de la
expresión que Bron había visto por última vez en él hacía
trece horas.
—Aquí está —dijo el guardia; y a otro guardia—:
Larry, deja que el negro firme por él y que se larguen de
aquí, ¿eh?
Mientras Sam se inclinaba sobre el escritorio para
firmar, Bron dejó para el momento siguiente preguntar
qué iba a ocurrirle a continuación. Él y Sam estaban a
medio camino pasillo abajo cuando se le ocurrió que
había sido soltado bajo la custodia de Sam. Eso era un
cierto alivio, sí. Pero, más inmediata, la sensación de
miedo descendió hasta lo aprehensible desde las
imprecisas alturas a las que había ascendido, para
aposentarse finalmente, como algo venenoso, en la parte
de atrás de su lengua, refrenando el centenar de
preguntas que había intentado soltar. Un centenar de
rotas luces azules parpadearon en el cerebro de Bron.
Sam abrió la puerta de cristal del embaldosado
vestíbulo y preguntó finalmente:
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