Page 349 - Triton - Samuel R. Delany
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me temo que agotaron la cuota de billetes de los tres.

                Él pensó cariñosamente: Harías una mala puta: ésa es


           la frase que usas después. Pero probablemente ella decía

           la verdad, lo cual le hizo, momentáneamente, sentir más

           cariño hacia ella.


                —Esta noche es mía..., en realidad de Sam. Está en el

           gobierno. ¿Dinero? Dispone de una provisión ilimitada,


           y nos ha invitado a que nos divirtamos.

                —¡Qué amable por su parte! ¿Por qué no ha venido

           con nosotros?


                —Él odia estas cosas. —Bron se volvió, tomó su brazo.

           Echaron a andar calle abajo—. No iría nunca. Cuando se

           halla en los viejos terrenos del desove racial, todo son


           rocas y hierba y estrellas para él.

                —Entiendo...

                —¿Has estado tú alguna vez antes? —Se detuvo. Sé


           honesta, es mi primera vez...

                —No,  no  he  estado.  Y  Windy  y  Charo  fueron


           exasperantemente vagos en sus descripciones.

                —Entiendo... —Frunció el ceño a su plateado pelo—.

           Pero, ¿cómo sabías dónde iríamos?


                Su  risa  le  hizo  andar  de  nuevo  con  la  más  ligera

           presión de sus brazos unidos..., como si él tuviera veinte


           años y ella fuera de otro mundo) era tan plateada como

           su pelo.

                —Cuando estás en la Mongolia Exterior, incluso en




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