Page 352 - Triton - Samuel R. Delany
P. 352
Bron sonrió también, pensando: ¡Está hablando con
ellas! Lo cual, de nuevo (se dio cuenta, al tiempo que toda
una parte de su juventud parpadeaba y se desvanecía)
sería correcto si ella pagara y hubiera conocido al joven...
a la joven en una ocasión anterior...
Cruzaron la mullida rampa, entraron en la cámara
con sus almohadones rojos y cobrizos, sus ventanas
viseras, sus cortinas de felpa, sus paredes tapizadas en
escarlata.
Mientras guiaba a la Púa a uno de los divanes, ella se
volvió hacia él.
—¿No hay ningún lugar donde puedas averiguar
cuánto cuesta todo esto?
Lo cual le hizo soltar una carcajada.
—Por supuesto —dijo—. Si realmente te gusta
saberlo... —Aquel momento de su juventud regresó de
nuevo..., la dienta que lo había llevado por primera vez a
un lugar así; su propia demanda de la misma inoportuna
información—. Déjame ver..., siéntate. Aquí... —Se sentó
a su lado, a su izquierda, tomó el brazo del diván y tiró
de él. Nada. (¿Acaso todo en este planeta está al revés?,
se preguntó)—. Disculpa... —Tendió el brazo por delante
de ella, tiró del brazo de su derecha. Se alzó, revelando
en su parte inferior, en un cuadro de cristal, una carta
impresa en un tipo de letra terriblemente pequeño,
encabezada: Explication de Tarlf.
351

