Page 402 - Triton - Samuel R. Delany
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metro ochenta‐ se vuelve rara a medida que envejeces.
(Y, de alguna forma, la sensación obsesiva respecto a ella
había empezado a disiparse...)
Todos esos pensamientos, por supuesto, no fueron
consecutivos, sino que se extendieron a lo largo de las
siguientes setenta horas. En torno a ellas y entre ellas,
Bron averiguó, escuchando otras conversaciones y
manteniéndose al borde auditivo de algunas más
(intentando pensar en una pregunta importante,
aterrado de formular una estúpida), que, mientras Sam
había estado manteniéndole fuera de todo daño en
Mongolia, se habían producido indescriptibles
atrocidades, cometido inexpresables represalias, y que,
aunque nadie podía realmente sorprenderse por ello, el
«nosotros» que estaba en guerra era, sí, Tritón.
Sam estaba explicándole a Bron, entre otra media
docena de conversaciones simultáneas, que no, él no iba
a volver a la coop hoy; él, Linda y Debby estaban ansiosos
por regresar al descanso de la familia en Lux. Una voz
crepitó sobre sus cabezas, con una fidelidad
sorprendentemente baja:
—Se ruega a Bron Helstrom que vaya a una de las
cabinas telefónicas azules. Se ruega a Bron Helstrom...
Bron se disculpó.
—Y dile hola por mí al viejo pirata cuando llegues a
casa —dijo Sam a sus espaldas—. Espero que le hagas
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