Page 405 - Triton - Samuel R. Delany
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ciudad.
—Correcto. —Y el pelirrojo empezó a hablar
animadamente de otra cosa, hasta que alcanzaron el
transporte—. Esto, ¿puedo pedirle un favor ligeramente
embarazoso? ¿Puede pagar usted mi transporte con una
de sus fichas? Es sólo medio franq de su crédito; sé que
parece estúpido, pero...
—Oh, por supuesto ʹ—dijo Bron, abriendo su bolsa y
rebuscando su pieza de medio franq. Metió la ficha con
forma de moneda en una de las ranuras de cambio al lado
de la entrada. (Todavía le había quedado algo de dinero;
pero Sam parecía haberlo olvidado.) La luz verde
parpadeó, y la ficha rodó de nuevo a la palma de Bron.
—Gracias —dijo el pelirrojo, y cruzó la puerta.
Bron volvió a meter la ficha; la luz verde parpadeó de
nuevo; la ficha le fue devuelta otra vez (y en alguna parte
fueron cargados dos derechos de transporte contra su
crédito de trabajo en alguna cinta gubernamental
altamente vigilada); volvió a meter la ficha en su bolso y
siguió al pelirrojo a la plataforma de transporte,
construyendo esquemas de paranoica complejidad
acerca de por qué el pelirrojo no deseaba que su
presencia en la ciudad fuera conocida. Después de todo,
el transporte básico era un servicio no rehusable (lo que
los estúpidos terrestres llamaban una «asistencia social»).
Fueron un rato juntos. Luego el pelirrojo dijo adiós y
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